
Mi esposa me había relatdo varias veces de lo galante del trato de Michel para con ella. La invitaba a elegantes restaurantes en donde la trataba como a su novia, le acomodaba la silla, le abría la puerta del auto, la llevaba siempre de la mano o abrazada por la calle, siempre muy cortés y caballeroso...Entonces, una vez, cuendo íbamos llegando a la casa de una reunión, le pregunté cómo eran sus ingresos al cuarto de hotel y ella me lo ilustró como en esta foto: ni bien crozó la puerta del cuarto, ella misma bajó su calzón que salió volando sobre la cama, se tiró boca arriba y abrió las