Anoche se me quitó el sueño y me quedé acostado al lado de mi bella esposa, la observaba dormir, tan linda ella, la traje hacia mí y la abracé, echados de costado con mi verga apoyada entre sus lindas nalgas...
Ella dormía sólo con un polo ligero y un pequeño calzón. Mientras la abrazaba también acariciaba sus piernas, qué piel tan suave y linda! La escuchaba respirar, aspiraba su aroma, me encanta!, besaba su cuello y hombro delicadamente pues no quería despertarla. Por extraño que parezca no quería sexo, sólo quería disfrutarla así, con todos mis sentidos... lo cual no significa que no tenía una tremenda erección muy bien acomodada entre sus nalgas. Ella debió estar algo despierta o, entre sueños, escuchó cuando le susurré un "te amo" que ella respondió acurrucándose más hacia mí y presionando más sus nalgas sobre mi erecto pene.
Entonces, una vez más, me puse a pensar respecto de si era correcto o no el compartir a mi mujer, el permitirle follar con otros...
¿Por qué la sociedad ve esto como un tabú? No lo entiendo, pero debo alinearme con esta norma de la moral de nuestra sociedad, una sociedad hipócrita que le gusta el sexo pero condena practicarlo con libertad; y, entonces debo callar en mi entorno, que mi esposa ha follado con otros, con mi permiso y mi complicidad y sólo me queda expresarme a través de este blog y gritar anónimamente que soy un cornudo feliz.
Veamos algunas conductas evidentemente bien aceptadas socialmente:
- Si nos enteramos que en un restaurante hay un cheff que cocina maravillosamente, inmediatamente llevamos a nuestra esposa a que pruebe esa deliciosa comida. No nos ponemos a cocinar tratando de igualar al virtuoso cocinero.
- Si llega al país el cantante favorito de ella, procuramos adquirir las entradas en un lugar preferencial para que ella deleite sus oídos con la voz que la hece estremecer. No se nos ocurre aprendernos las canciones para cantarle en la sala de la casa.
- Estamos atentos a los estrenos de las películas, sobre todo las de su actor favorito, para llevarla a que aprecie el arte cinematográfico. Ni hablar de que vamos a hacer una película para ella.
Y así podría citar innumerables ejemplos en los que recurrimos a la experticia de terceros para estimular los sentidos de la mujer que amamos y entonces ¿por qué tendría que ser distinto en el sexo?
Cuando le proponemos matrimonio a nuestra esposa, ella acepta por una serie de razones, dentro de lo cual hay un componente sexual pero no es lo único ¿o acaso creen que su pene es el "Rey de los penes" o que sus movimientos son los únicos que pueden hacer sentir orgasmos a su esposa?
Pues yo creo que en el plano sexual debemos esforzarnos tanto como en los demás aspectos de la vida en procurarle a ella la mejor experiencia. Debemos encontrarle (o permitirle encontrar) un macho que valga la pena probar, hombres guapos, varoniles, galantes, sanos, que a ellas las hagan sentir mujeres deseadas... que pruebe vergas de diferentes tamaños, diferentes colores, diferentes sabores pero, por sobre todo, que los dueños de esas vergas sepan usarlas... que sepan hacer lo necesario para estimular todo el cuerpo de ella, que sepa recorrer y manipular cada centímetro de su piel, que estimule sus oídos, su vista, que haga que su vagina se moje, que su clítoris necesite ser acariciado por sus dedos, su lengua y el vaivén de la rugosidad de una verga dura, venosa, gruesa pero sobre todo extraña, nueva, que le proporcione sensaciones a las que no esté acostumbrada.
Ella debe pedir a gritos ser penetrada, debe olvidarse por un momento que es casada, o recordarlo pero saber que eso no es impedimento para gozar, para tener un buen orgasmo y gemir y gritar sin ninguna vergüenza, ella no está haciendo nada malo, sólo está viviendo sensaciones nuevas, disfruta de su sexualidad. Esto no significa que se va a enamorar de él, no nos va a dejar por él, él sólo es una buena sensación, un buen estímulo sexual, nosotros abarcamos más en su vida, somos sus compañeros, confidentes, amigos, padre de sus hijos, somos con quien se plantea retos de vida y afronta los momentos buenos y malos.
Nuestras esposas son nuestras y eso no va a cambiar por una buena polla como no cambia por una buena comida, una buena canción o una buena película, ella no los va a cambiar por el cheff, el cantante o el actor.
Bueno amigos, creo que yo estoy convencido que estoy en lo correcto y, aunque no pretendo convencer a nadie, quería contarles mis pensamientos y, tal vez, ayudar a decidirse a aquellos que están con duda. Aceptarlo o no siempre será una decisión correcta, siempre que sea conversada y decidida por ambos. Los engaños no tienen sentido cuando la sexualidad se puede vivir a plenitud de manera abierta.
Saludos a tod@s
Ella dormía sólo con un polo ligero y un pequeño calzón. Mientras la abrazaba también acariciaba sus piernas, qué piel tan suave y linda! La escuchaba respirar, aspiraba su aroma, me encanta!, besaba su cuello y hombro delicadamente pues no quería despertarla. Por extraño que parezca no quería sexo, sólo quería disfrutarla así, con todos mis sentidos... lo cual no significa que no tenía una tremenda erección muy bien acomodada entre sus nalgas. Ella debió estar algo despierta o, entre sueños, escuchó cuando le susurré un "te amo" que ella respondió acurrucándose más hacia mí y presionando más sus nalgas sobre mi erecto pene.
Entonces, una vez más, me puse a pensar respecto de si era correcto o no el compartir a mi mujer, el permitirle follar con otros...
¿Por qué la sociedad ve esto como un tabú? No lo entiendo, pero debo alinearme con esta norma de la moral de nuestra sociedad, una sociedad hipócrita que le gusta el sexo pero condena practicarlo con libertad; y, entonces debo callar en mi entorno, que mi esposa ha follado con otros, con mi permiso y mi complicidad y sólo me queda expresarme a través de este blog y gritar anónimamente que soy un cornudo feliz.
Veamos algunas conductas evidentemente bien aceptadas socialmente:
- Si nos enteramos que en un restaurante hay un cheff que cocina maravillosamente, inmediatamente llevamos a nuestra esposa a que pruebe esa deliciosa comida. No nos ponemos a cocinar tratando de igualar al virtuoso cocinero.
- Si llega al país el cantante favorito de ella, procuramos adquirir las entradas en un lugar preferencial para que ella deleite sus oídos con la voz que la hece estremecer. No se nos ocurre aprendernos las canciones para cantarle en la sala de la casa.
- Estamos atentos a los estrenos de las películas, sobre todo las de su actor favorito, para llevarla a que aprecie el arte cinematográfico. Ni hablar de que vamos a hacer una película para ella.
Y así podría citar innumerables ejemplos en los que recurrimos a la experticia de terceros para estimular los sentidos de la mujer que amamos y entonces ¿por qué tendría que ser distinto en el sexo?
Cuando le proponemos matrimonio a nuestra esposa, ella acepta por una serie de razones, dentro de lo cual hay un componente sexual pero no es lo único ¿o acaso creen que su pene es el "Rey de los penes" o que sus movimientos son los únicos que pueden hacer sentir orgasmos a su esposa?
Pues yo creo que en el plano sexual debemos esforzarnos tanto como en los demás aspectos de la vida en procurarle a ella la mejor experiencia. Debemos encontrarle (o permitirle encontrar) un macho que valga la pena probar, hombres guapos, varoniles, galantes, sanos, que a ellas las hagan sentir mujeres deseadas... que pruebe vergas de diferentes tamaños, diferentes colores, diferentes sabores pero, por sobre todo, que los dueños de esas vergas sepan usarlas... que sepan hacer lo necesario para estimular todo el cuerpo de ella, que sepa recorrer y manipular cada centímetro de su piel, que estimule sus oídos, su vista, que haga que su vagina se moje, que su clítoris necesite ser acariciado por sus dedos, su lengua y el vaivén de la rugosidad de una verga dura, venosa, gruesa pero sobre todo extraña, nueva, que le proporcione sensaciones a las que no esté acostumbrada.
Ella debe pedir a gritos ser penetrada, debe olvidarse por un momento que es casada, o recordarlo pero saber que eso no es impedimento para gozar, para tener un buen orgasmo y gemir y gritar sin ninguna vergüenza, ella no está haciendo nada malo, sólo está viviendo sensaciones nuevas, disfruta de su sexualidad. Esto no significa que se va a enamorar de él, no nos va a dejar por él, él sólo es una buena sensación, un buen estímulo sexual, nosotros abarcamos más en su vida, somos sus compañeros, confidentes, amigos, padre de sus hijos, somos con quien se plantea retos de vida y afronta los momentos buenos y malos.
Nuestras esposas son nuestras y eso no va a cambiar por una buena polla como no cambia por una buena comida, una buena canción o una buena película, ella no los va a cambiar por el cheff, el cantante o el actor.
Bueno amigos, creo que yo estoy convencido que estoy en lo correcto y, aunque no pretendo convencer a nadie, quería contarles mis pensamientos y, tal vez, ayudar a decidirse a aquellos que están con duda. Aceptarlo o no siempre será una decisión correcta, siempre que sea conversada y decidida por ambos. Los engaños no tienen sentido cuando la sexualidad se puede vivir a plenitud de manera abierta.
Saludos a tod@s
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