Otro tema sumamente importante que deben tomar en cuenta es el de los celos.
Los celos, sobre todo los de él, deben estar completamente desterrados de la relación. Imagínense a un hombre celoso (uno de esos que ni siquiera permite que su esposa baile con otro) que, llevado por el morbo del momento, permite a su esposa follar con otro ¿qué va a pasar cuando se enfríe su excitación? ¿qué va a pasar luego cuando ella salga sola? ¿qué va a pasar cada vez que recuerde a su mujer follando con otro? Pues van a haber problemas, peleas y muchas, la relación se va a deteriorar y hasta podría terminar en divorcio y, estoy seguro, que eso no es lo que ninguna pareja tiene en mente cuando intenta ingresar a este mundo cuckold.
Los celos, sobre todo los de él, deben estar completamente desterrados de la relación. Imagínense a un hombre celoso (uno de esos que ni siquiera permite que su esposa baile con otro) que, llevado por el morbo del momento, permite a su esposa follar con otro ¿qué va a pasar cuando se enfríe su excitación? ¿qué va a pasar luego cuando ella salga sola? ¿qué va a pasar cada vez que recuerde a su mujer follando con otro? Pues van a haber problemas, peleas y muchas, la relación se va a deteriorar y hasta podría terminar en divorcio y, estoy seguro, que eso no es lo que ninguna pareja tiene en mente cuando intenta ingresar a este mundo cuckold.
Los cuernos son para disfrutarlos por ambos, no por un miembro de la pareja, por ambos, si alguno se siente mal o si eso causa problemas, es mejor no intentarlo.
En ese sentido, recomiendo lo siguiente, busquen un momento tranquilo y sin alcohol, de preferencia no en su casa y lejos de una cama, la idea es que conversen ecuánimes sin cachondeo, sin que se estén tocando, sólo conversar y nada más...
La idea es tener conciencia de la real dimensión de sus deseos, de hasta dónde están dispuestos a llegar, qué se tendrían permitido y qué no, cuál es el límite que pueden tolerar sin celos.
Y para esto sugiero que sea ella quien hable: que hable, por ejemplo, de sus experiencias anteriores, de sus exparejas, con quiénes ha tenido algún tipo de contacto, que empiece de la más suave, que hable con quién ha salido, cómo fue vestida, cómo la cortejaron, qué atenciones tuvo ese hombre para con ella, cómo se sentía ella durante la cita, los primeros toqueteos, hasta dónde llegó, etc.
Ahora, con el relato de esas situaciones reales, ¿qué tan cómodo está él? ¿sigue pensando igual?
Ojo que creo que aquí nuevamente es muy importante la comunicación y el respeto a los límites: si él no quiere seguir escuchando lo bien que la ha pasado con otro o ella, por vergüenza u otro motivo, no es capaz de relatar con lujo de detalles sus experiencias, simplemente deben detenerse, no se pueden torturar haciendo escuchar o hablar al otro si eso les hace daño, pero algo importante habrán ganado, habrán establecido un nuevo límite y sabrán que alguno de ustedes no soportará llevarlo a cabo.
La idea es tener conciencia de la real dimensión de sus deseos, de hasta dónde están dispuestos a llegar, qué se tendrían permitido y qué no, cuál es el límite que pueden tolerar sin celos.
Y para esto sugiero que sea ella quien hable: que hable, por ejemplo, de sus experiencias anteriores, de sus exparejas, con quiénes ha tenido algún tipo de contacto, que empiece de la más suave, que hable con quién ha salido, cómo fue vestida, cómo la cortejaron, qué atenciones tuvo ese hombre para con ella, cómo se sentía ella durante la cita, los primeros toqueteos, hasta dónde llegó, etc.
Ahora, con el relato de esas situaciones reales, ¿qué tan cómodo está él? ¿sigue pensando igual?
Ojo que creo que aquí nuevamente es muy importante la comunicación y el respeto a los límites: si él no quiere seguir escuchando lo bien que la ha pasado con otro o ella, por vergüenza u otro motivo, no es capaz de relatar con lujo de detalles sus experiencias, simplemente deben detenerse, no se pueden torturar haciendo escuchar o hablar al otro si eso les hace daño, pero algo importante habrán ganado, habrán establecido un nuevo límite y sabrán que alguno de ustedes no soportará llevarlo a cabo.
Si luego de esto aún siguen manteniendo la idea de querer vivir esta experiencia podrán avanzar un poco más. Evalúen ahora una lista de hombres que a ella le gustan, ella debe expresar lo más detalladamente por qué es que le atraen... ¿por qué? porque él lo debe saber todo respecto de lo que le gusta a su esposa... ¿sabes qué comida le gusta? ¿sabes qué música le gusta? ¿sabes qué flores le gustan? entonces debes saber qué hombres le gustan.
Ahora ella debe permitirse ser un poco más coqueta, vestir un poco más provocativa y permitirle a los hombres acercarse un poco más ¿esto genera celos? si es sí, alto, hasta ahí llegaron, si no hay celos, adelante, ya se están acercando.
Creo que he dejado claro cómo creo que es el acercamiento ideal a los cuernos seguros. Poco a poco y sin presiones de ninguno de los dos lados, rompiendo un límite a la vez, evaluando y si todo está bien adelante.
Por otro lado, ambos deben comprometerse por convicción propia de que estas experiencias no van a salir a relucir durante las discusiones que normalmente tienen las parejas... ¿qué pareja no ha tenido discusiones? ¿quién no ha levantado la voz alguna vez? Pero ninguno de los dos puede usar expresiones como: "eres una puta que se deja follar por cualquiera" o "cornudo de mierda" o cualquier otra frase despectiva basada en este tipo de relaciones. Los cuernos consentidos, a mi entender, son una experiencia que debe resultar gratificante para la pareja, un secreto que los une en la complicidad de planificarlo, disfrutarlo y recordarlo en la intimidad de la pareja.
Pero sí es lindo que entre ellos usen apodos cariñosos que hagan alusión al tema. Por ejemplo: que ella lo llame "mi torito" delante de los amigos puede ser entendido en 2 sentidos, seguramente los que no conocen los pormenores entenderán que ella se refiere a la fortaleza y virilidad de su macho pero sólo ellos sabrán que en realidad está haciendo alusión a unos hermosos y bien puestos cachos. En la intimidad él la puede llamar "putita", "perrita", "cachera" o de cualquier manera siempre que sea con la mejor intención y nunca para ofender.
Esto nos lleva nuevamente a la comunicación. Aún después de cada experiencia, por "light" que sea, deben conversar de qué les gustó y qué no, qué desean repetir o recordar y qué no. Si algo les resultó en algo doloroso pues convérsenlo y procúrense tranquilidad mutuamente.
Por ejemplo, él podría sentirse disminuido porque ella gimió mucho mientras la follaban, esto tal vez lo molestó porque se sintió disminuido, pero conversando podría enterarse que ella fingió un poco para darle morbo al momento... entonces la próxima vez no exagerará tanto o lo hará pero a sabiendas de él y así ambos estarán cómodos.
Por otro lado, están los celos de ella. Como en mi caso, ella puede ser celosa y nosotros debemos tranquilizarla aceptando que estas experiencias no son recíprocas (no es swinger) y que ella folle con otro no nos da el derecho a que nosotros lo hagamos con otra. Si esa es tu intención (primero tú, luego yo) creo que no es el camino, al final van a llegar los reproches, las desconfianzas, las peleas y el divorcio.
Recuerden siempre que la relación es de dos y la pareja es la que debe disfrutar y estar cómoda. Los terceros son invitados con obligaciones de respetar a la pareja y su entorno y sin mayores derechos ni de exclusividad, periodicidad ni de ningún otro tipo.
En conclusión, evaluemos nuestros celos, y si todo está bien, adelante, escojamos al indicado. En el próximo artículo escribiré mis ideas respecto a la elección.
Saludos,
Carlos
Carlos
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